cuando audacia hace
que su ritmo interno
se equilibre con el ambiente
logra que sus manos toquen las palabras
que su boca pronuncie perfumes
que sus ojos vean los sabores
que su nariz olfatee colores
que sus oídos sientan las formas
entonces toda su luz brilla
y la oscuridad desaparece
al menos por un rato
hasta que el ritmo natural de las cosas
descuelgue de su cielo
la refrescante llovizna de lo contrario*
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