y
como todas las otras veces
cambiaremos
el color
daremos
un dulce beso a la rama que tan fielmente nos nutrió
y nos
abocaremos a la caída
planeando
el aire
planeando
las vueltas
sujetos,
pero
no atados, contenidos por fuerzas extraordinarias
hasta
aterrizar
y
asumir con gozo
la
nueva misión de abrigar el suelo*
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
te toca a ti: