ayer, al irse santiago, luego de una conversación que no llegó a nada, le pregunté a ara, que estaba en el cuarto de al lado, si quería preguntarme algo o si tenía alguna duda de lo que había escuchado. me respondió que no había escuchado nada, que estaba leyendo. entonces, al rato, despersonalizadamente, hablamos sobre salud mental.
sabés qué es la salud mental? le pregunto.
me dice.. se toca la cabeza automáticamente y me dice:
la salud del cerebro!
digo, sssssi.. el cerebro está en la cabeza, se puede tocar..
abre los ojos, y me dice: no se puede tocar!!
nooo.. no así nomás.. solo si abrís una cabeza.. lo que quiero decir es que es material. está hecho de células, de tejidos..
la mente no, no se puede tocar. y dicen quienes saben que no está solo en la cabeza.
es más como una sensación. esto no me acuerdo si lo dice ella o yo, ya a esta altura da lo mismo
la cosa es que la mente no está hecha de células.
la salud mental tiene que ver con estar bien… en.. con la mente.
en esa parte de los seres humanos que no se puede tocar. en lo que se siente.
cómo sentimos, cómo aprendemos, cómo nos afecta lo que nos dicen los demás y como nos hablamos a nosotrxs mismxs.
las emociones, como las de intensamente, son sensaciones internas que se sienten en el cuerpo, aunque a veces no nos demos cuenta de inmediato.
son como señales que nos guían. nos dicen algo, aunque no siempre sepamos qué.
y entonces a partir de todo esto vos que creés que es una enfermedad mental?
es cuando te duele la cabeza, o perdés la memoria.. me responde.
si! y agrego, pero eso es solo una parte. las enfermedades mentales no son solo dolor o pérdida, también son cuando las emociones nos desbordan y nos cuesta saber cómo manejarlas. cuando todo se siente como un peso que no podemos soltar. a veces, la cabeza duele porque estamos guardando muchas cosas ahí adentro. y eso no siempre se ve, pero se siente.
y ahí nos acostamos, y yo me quedé escribiendo algo que iremos hablando en esto días..
¿te imaginas qué pasaría si pudiéramos ver dentro de nuestras mentes, como si fuéramos al médico cuando nos lastimamos una rodilla o nos duele la garganta? sería ver cómo duele algo que no podemos tocar y ponerle una curita.. imaginaria. lo que yo he aprendido, es que lo más importante es no ignorar eso que nos pasa. es muy importante hablarlo, entenderlo, y darnos espacio para cuidarnos cuando esas sensaciones nos superan.
la salud mental, como cualquier otra parte de nuestro ser, necesita ser atendida con cuidado, por un profesional. también es fundamental poder hablar, ser sinceros con nosotros mismos y con las personas que queremos. cuando compartimos lo que sentimos, cuando generamos vínculos profundos y confiables, encontramos la fuerza para soltar lo que nos pesa. porque a veces, las emociones se vuelven tan grandes que necesitamos que alguien más las escuche, sin juzgar. y ese espacio de confianza, donde nos sentimos seguros, es el que nos ayuda a seguir adelante.
las palabras, las miradas, los abrazos, nos permiten sanar de a poco, paso a paso.
eso es lo que necesitamos para estar bien, para seguir creciendo.
la cosa es que a veces, la gente se cansa del enfermx mental.. porque la vida pasa y todo lo que una se propone se ve eclipsado, enlentecido. porque el enfermo mental no logra ordenarse, no cumple con sus responsabilidades y las cosas que no hace alguien las hace. las carga, se sobre carga, se cansa, se enoja, a tal punto que prescinde del enfermo mental y ya no puede escuchar, o dar un abrazo.
seguir visibilizando la importancia de hablar a tiempo, de que las políticas públicas pongan a disposición recursos de calidad para atender este problema, que el capitalismo, no nos aliene tanto con sus modos feroces..
deseos..
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